El papa León XIV: el estadounidense que no era el favorito de Donald Trump y que puede ser un muro de contención a sus políticas

09/05/2025
El papa León XIV: el estadounidense que no era el favorito de Donald Trump y que puede ser un muro de contención a sus políticas

Minutos después de que se anunciara al mundo la designación del nuevo Papa, sonaron las campanas en las iglesias católicas de todo Estados Unidos y llovieron los mensajes de celebración. Donald Trump fue uno de los primeros en felicitar a Francis Prevost, el primer pontífice estadounidense de la historia, aunque el presidente se había manifestado a favor de un jefe de la Iglesia más conservador y prefería un pontífice que no siguiera el pensamiento de Francisco, sobre todo en el cuidado de los inmigrantes.

“Felicitaciones al cardenal Robert Francis Prevost, que acaba de ser nombrado Papa. Es un gran honor darse cuenta de que es el primer Papa estadounidense. ¡Qué emoción, y qué gran honor para nuestro país! Espero encontrarme con el Papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!”, escribió en su red social Truth Social.

A pesar de haber nacido en Chicago y tener raíces estadounidenses, Prevost ha pasado buena parte de su vida fuera de Estados Unidos. Es visto como un eclesiástico que trasciende las fronteras y que seguirá el camino más progresista de Francisco por su compromiso con los pobres y los migrantes y un rol central en la caridad.

Ordenado en 1982 a los 27 años, Prevost estudió en la Universidad Villanova en Pennsylvania y recibió un doctorado en derecho canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma. Luego permaneció 18 años en Perú, donde fue misionero, párroco, maestro y obispo y también recibió la ciudadanía de ese país latinoamericano.

Como líder de los agustinos, visitó órdenes de todo el mundo y habla español e italiano, además de inglés. Toda una señal, durante su discurso no habló en su idioma nativo, el inglés, sino que se tomó unos minutos para pronunciar unas palabras en español.

El hecho de que un estadounidense esté sentado en el trono de San Pedro traerá cierto orgullo a Trump, que posiblemente ahora se jactará del poder amplio que Estados Unidos tiene en el mundo. Pero el presidente tenía otro favorito, mucho más conservador que Prevost, que es visto como el “menos estadounidense de los cardenales estadounidenses”.

Prevost llega al papado en momentos en que el catolicismo estadounidense está en auge en el poder. El ex presidente Joe Biden es un católico de misa semanal (fue el segundo de esa religión desde John F Kennedy), el actual vicepresidente JD Vance se convirtió al catolicismo hace pocos años y la primera dama Melania también es católica. Trump no es muy religioso, pero profesa el cristianismo, como buena parte de sus seguidores.

Trump ha tenido muchos choques con Francisco, sobre todo por la relevancia que el argentino dio a los migrantes, una de las máximas preocupaciones de su papado. Varias veces ha criticado al presidente estadounidense durante su primer mandato por sus políticas anti inmigrante y dijo que “no es cristiano” construir un muro en la frontera, como hizo Trump.

Incluso hace poco, en febrero, Francisco lanzó una contundente crítica a los planes de Trump para realizar deportaciones masivas de migrantes, y advirtió que la expulsión forzada de personas las priva de su dignidad inherente y “terminará mal”.

Prevost, que apenas en 2023 fue nombrado cardenal, sigue una posición similar a la de Francisco. De hecho, su último retuit, el 14 de abril, critica la deportación a El Salvador de un migrante indocumentado y padre de tres hijos. La publicación dice: '¿No ves el sufrimiento? ¿No está tu conciencia perturbada? ¿Cómo puedes quedarte callado?'.

Prevost también compartió un artículo que critican la postura de Vance sobre la inmigración. Uno de ellos se titula: "JD Vance está equivocado: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás".

Durante la primera presidencia de Trump, en 2018, Prevost también compartió una publicación que decía: "No hay nada remotamente cristiano, estadounidense o moralmente defendible en una política que aleja a los niños de sus padres y los almacena en jaulas. Esto se está llevando a cabo en nuestro nombre y la vergüenza es sobre todos nosotros.'

Claramente Prevost no era el favorito del presidente. Analistas consultados por Clarín resaltan que la elección de Prevost es importante porque “entiende a Estados Unidos y puede hablarle al país, lo cual es importante en la era Trump".

Días atrás, el presidente posteó en la cuenta oficial de la Casa Blanca una foto de Trump vestido como Papa generada con inteligencia artificial. Y después de bromear con los periodistas el 30 de abril de que le gustaría ser el próximo papa, Trump sugirió más tarde a otro candidato para suceder a Francisco.

“Debo decir que tenemos un cardenal que resulta estar en un lugar llamado Nueva York que es muy bueno, así que veremos qué pasa", dijo Trump, refiriéndose al cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

Dolan, de 75 años, ampliamente visto como conservador, encabezó las oraciones por las dos asunciones presidenciales de Trump. Fue nombrado arzobispo de Nueva York en 2009 y miembro del Colegio Cardenalicio en 2012 por el Papa Benedicto XVI. En 2018 escribió una columna en el Wall Street Journal titulada "Los demócratas abandonan a los católicos".

Paul Djupe, profesor de Ciencias Políticas y experto en Religión de la Universidad de Denison, dijo a Clarín que “quizás nunca sepamos hasta qué punto el cónclave tuvo en cuenta a Trump en sus deliberaciones, pero sospecho que así fue. Sin duda, es exagerado afirmar que un papa estadounidense puede influir en Trump simplemente por ser estadounidense. Pero los cardenales podrían haber pensado que Leon XIV podría transmitir la postura de la Iglesia Católica al presidente con mayor credibilidad que otros”.

Corwin E. Smidt, Iinvestigador principal del Instituto Henry para el estudio de la Cristiandad y la Política, de Calvin University, dijo a Clarín que “la elección de un Papa estadounidense probablemente traerá un nuevo entusiasmo por la Iglesia a quienes profesan la fe católica, y más curiosidad sobre la Iglesia y la fe católica a quienes no la profesan, aunque aún está por verse cuánto durará este entusiasmo y esta curiosidad”.

Respecto a su vínculo con Trump y sus políticas, existen varias posibilidades, dijo Smidt. "A Trump le gusta acaparar la atención de los medios, y ahora tendrá a alguien que puede competir con él por la cobertura mediática estadounidense (dado que los medios estadounidenses querrán escribir y hablar sobre él a corto plazo)", señaló. "Sin embargo, a más largo plazo, la verdadera cuestión será la postura pública del nuevo Papa respecto a las políticas de Trump y cómo reaccionarán los fieles católicos a tales declaraciones públicas”.

Si bien no es considerado tan progresista como fue Francisco con los católicos gays, lesbianas, bisexuales y transgénero (Prevost citó el “estilo de vida homosexual” y las “familias alternativa compuestas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos” como prácticas que están “en desacuerdo con el Evangelio”), el nuevo Papa es más abierto que el ala conservadora de la iglesia estadounidense que, como Trump, rechaza cualquier cambio en ese sentido y también promueve la derogación del aborto.

Algunas voces ultraconservadora ya comenzaron a elevarse en EEUU. Laura Loomer, una presentadora de la derecha radical que tiene fuerte influencia en la Casa Blanca, dijo en X que "el nuevo Papa apoya a los inmigrantes ilegales y las fronteras abiertas" y mencionó un retuit en el que Prevost decía que era "racista" que Trump llamara a los inmigrantes como "hombres malos".

El 20 por ciento de los adultos estadounidenses se identifican como católicos, una proporción que se ha mantenido estable durante la última década. Los católicos constituyen una proporción aún mayor de la población en Chicago, la ciudad natal del papa León XIV, donde una de cada tres personas es católica en el área más amplia de Chicago.

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