El nuevo Papa, un progresista fiel a Francisco que logró convencer hasta al ala conservadora de la Iglesia

Robert Francis Prevost, de 69 años, flamante León XIV, 267° Papa de la Iglesia, es un hombre menudo, discreto, simpático, nacido en Chicago pero con muchos años de su vida pasados en Perú.
Los otros 132 cardenales electores que lo conocieron en las diez congregaciones previas al Cónclave, lo aceptaron hasta con entusiasmo. Prevost es un bergogliano de fierro. El Papa argentino tras conocerlo lo nombró para la sorpresa general como jefe del potente dicasterio de los obispos y también presidente de la Comisión para la América Latina.
No se conocen aún quienes se esforzaron por hacerlo Papa, pero no se arrepentirán. Prevost tiene un pequeño auto y habitó hasta hoy en la Curia de la Orden de San Agustin.
Un Papa agostiniano es una propuesta de uns orden con fama de progresista . Fue ordenado sacerdote por monseñor Jean Jador, belga, exponente progre de la Curia Romana de la época. En Chicago tiene una buena relación con el arzobispo Blaise Cupich, el cardenal líder en EEUU del ala de la Iglesia que se opone a los conservadores, lejísimo de Donald Trump.
En Perú, el futuro flamante Papa conoció y apreció a Gustavo Gutiérrez, fundador de la teología de la liberación.
Su carrera eclesiástica comenzó en el noviciado agostiniano de San Luis y a los 28 años fue enviado a Perú, país del cual es también ciudadano y en el que vivió más de veinte años.
Los cardenales que eligieron este jueves al nuevo papa, en el balcón de la basílica de San Pedro. Foto: EFE.
Este fue su primer paso de un largo camino en Latinoamérica, que continuó en 1988 en la misión peruana en Trujillo, seleccionando vocaciones agustinianas.
La relación con Francisco
En 2014 el Papa Francisco lo puso al frente de la diócesis peruana de Chicanoi como administrador aapostólico. Un año después Jorge Bergoglio lo nombró obispo de Chiclayo y desde 2018 fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Perú.
En 2023 el Papa Francisco lo llamó a Roma para hacerlo cardenal y nombrarlo prefecto del Dicasterio para los Obispos, el ministerio vaticano que elige a los monseñores de todo el planeta.
Desde esta posición, Prevost asistió también a las pugnas de Francisco con los conservadores católicos. Su papel de “ojeador” de obispos y su pasado y presente sudamericano, hace que el flamante León XIV mantenga un contacto continuo con la jerarquía eclesiástica alrededor del mundo.
Prevost se ha pronuciado, en línea con el papa Francisco, en la defensa de un clero “cercano al pueblo”.