En las reuniones de transición, el Gobierno admitió que le dejará a Milei un déficit de 3% del PBI
Dos enviados del próximo ministro de Economía Luis Caputo se reunieron este lunes con funcionarios de Sergio Massa para ordenar el traspaso de mando en un área que será decisiva para la gestión económica del próximo gobierno: el presupuesto y el gasto público.
Los dos miembros del equipo de Caputo se fueron con algunos números elementales de las cuentas públicas para cuando asuman el mando desde la semana que viene. Una de las certezas con las que se fueron del Palacio de Hacienda fue cuál será el punto de partida fiscal del gobierno de Javier Milei: un déficit primario a fin de año de 3% del PBI.
Ese fue el número que los funcionarios de Massa comunicaron al equipo de Caputo que se acercó al quinto piso del Ministerio de Economía y que fue confirmado a Infobae por fuentes que participaron del encuentro. Se trata, así, de un número mucho más elevado que el objetivo que se había planteado como meta fiscal en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Esa métrica preveía para fines de 2023 un desequilibrio primario de 1,9% del PBI. Representaría, además, un crecimiento del rojo fiscal desde el 2,3% con el que el Gobierno había sobrecumplido por poco la métrica consensuada con el FMI para 2022. Ese punto de partida coincide con el diagnóstico inicial que había hecho Milei sobre la situación que recibirá de las cuentas públicas al llegar al poder: por ese 3% del Producto de déficit primario es que La Libertad Avanza quiere implementar un fuerte ajuste de 5 puntos del PBI en su primer año de gobierno.
Una de las certezas con las que se fueron del Palacio de Hacienda los miembros del equipo de Caputo fue cuál será el punto de partida fiscal del gobierno de Javier Milei: un déficit primario a fin de año de 3% del PBI
En la reunión de este lunes en el Palacio de Hacienda participó el secretario de Hacienda Raúl Rigo, designado por Massa para la transición en términos de cuentas públicas. Según indicaron fuentes oficiales, por parte de La Libertad Avanza estuvieron Martín Vauthier y Felipe Berón, dos miembros de la consultora Anker Latinoamérica, fundada por el propio Caputo. Desde LLA no realizaron declaraciones oficiales ante la consulta de Infobae sobre el encuentro de traspaso de mando.
Durante la reunión los funcionarios salientes y el equipo de economistas que rodea a Caputo repasaron los números del cierre fiscal de este año para tener una foto más detallada sobre el estado de las cuentas públicas ante el cambio de Gobierno. No hubo mayores precisiones, por el momento, sobre qué plan tiene La Libertad Avanza para contar con proyecto de presupuesto aprobado para su primer año de mandato.
Hay tres alternativas sobre la mesa. La más improbable es la elaboración de un proyecto de Presupuesto 2024 nuevo que incorpore en su texto todos los lineamientos de gasto público recortado, porque suele tomar meses de trabajo pormenorizado. Las dos más viables son: por un lado, prorrogar el presupuesto vigente, pero que tiene partidas para algunas áreas que estarían muy por encima del recorte de gasto que pretende el nuevo gobierno.
La última opción, aunque todavía no fue oficializada por parte de la fuerza ganadora del balotaje, es la de modificar el Presupuesto 2024 que mandó el Ministerio de Economía a mediados de septiembre y, durante su tratamiento parlamentario, hacerle los cambios necesarios que reflejen ese ajuste inicial que busca el libertario.
Algunas estimaciones de mercado calcularon cómo podría llegar a poner en marcha una poda fiscal de ese tamaño. Según LCG, hay ingresos y gastos que tendrán en 2024 dinámica propia y que podrían tener un impacto más o menos marcado en el primer año fiscal del gobierno libertario. “Del lado de los ingresos, el fin de la sequía permitirá la recomposición de los derechos de exportación (0,7% del PBI), pero la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias restará recursos por 0,3% del PBI de las arcas nacionales (según cálculos de la OPC)”, dijo LCG.
Y, en la otra, mano, los gastos. “En un escenario de inflación en ascenso (inicialmente esperable a partir de un reacomodamiento de precios relativos), la fórmula de movilidad implicará una licuación del gasto en términos del PBI (0,1% del PBI). Parte de este ‘ahorro’ se compensaría con salarios y gasto operativo creciendo en línea con inflación”, apuntó la consultora.
Durante la reunión los funcionarios salientes y el equipo de economistas que rodea a Caputo repasaron los números del cierre fiscal de este año
Para LCG, en 2024 esa reducción debería ser de 4,4% del PBI, mientras que Analytica proyecta que la poda total a lo largo del año próximo alcanzaría a 3,6% del PBI “explicado por una reducción de 2,5 puntos en los gastos corrientes y de 1,1 puntos en los de capital”, mencionaron.
En Analytica, por su parte, consideró que “el draconiano ajuste (que estimaron en 3,6% del PBI) se concentrará en los gastos de capital, en los gastos de funcionamiento y en las prestaciones sociales. En otras palabras, los recortes recaerán, principalmente, en las transferencias a las provincias y en la obra pública, los jubilados y la administración pública. Spoiler alert: no alcanza con ajustar solamente a ‘la casta’, por ponerlo en los términos que utiliza Milei”.
“En definitiva, el recorte de 3,6% del producto estará liderado por tres principales rubros: gastos de capital (1,1% del PBI), gastos de funcionamiento (0,6%) y gasto previsional junto con el resto de las prestaciones sociales (0,8%). Es decir, casi un 70% del ajuste se concentrará en tres rubros”, concluyó Analytica.
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