Masiva "fuga" para trabajar en Brasil...

04/12/2025
Masiva "fuga" para trabajar en Brasil...

La detención de dos ómnibus con 125 argentinos en Guaraciaba reavivó el debate sobre la migración rural desde Misiones hacia Brasil. Desde el Sindicato Único de Obreros Rurales advierten que estos traslados “siempre suceden” y que responden a la falta de empleo, salarios insuficientes y desprotección social en las economías regionales.

En la noche del lunes, un operativo de la Policía Rodoviaria Federal de Brasil terminó con la retención de dos ómnibus de turismo que trasladaban a 125 argentinos hacia el estado de Santa Catarina sin haber pasado por el control migratorio. El procedimiento, realizado en Guaraciaba, volvió a poner en agenda el movimiento creciente de trabajadores misioneros que buscan empleo temporario en el sur brasileño.

Según precisó la Policía Federal, los vehículos habían partido desde Dionísio Cerqueira y tenían como destino la región de Ituporanga, donde los pasajeros pretendían incorporarse a cosechas de cebolla y tabaco. Todos fueron identificados, multados y notificados para abandonar el país, además de quedar sujetos a restricciones para futuros ingresos. Los conductores, en cambio, fueron liberados tras declarar ante las autoridades.

El caso, que ahora es investigado por posibles vínculos con redes de promoción de migración ilegal, expone una problemática que se repite cada año: cientos de trabajadores rurales de Misiones cruzan la frontera en busca de ingresos que les permitan sostener a sus familias. Para el Sindicato Único de Obreros Rurales (SUOR), se trata de una realidad profunda y sostenida.

“Para nosotros, como sindicato, esto siempre sucede. No es que van a Brasil a vivir una vida color de rosa: van porque en nuestra provincia y en nuestro país estamos viviendo situaciones de necesidad, de hambre”, afirmó Ana Cubilla, secretaria general de la entidad. Señaló que la falta de trabajo, la caída de la intercosecha y la ausencia de asistencia social empujan a los tareferos a migrar.

Cubilla vive en Andresito, una localidad con barrios enteros de trabajadores rurales. Explicó que durante los últimos años crecieron los casos de personas que se marchan a diversas cosechas del país y del exterior. “Hemos rescatado trabajadores que fueron y los dejaron sin pagar, tirados, sin saber dónde estaban. Esto pasa constantemente”, advirtió.

Aseguró que el sindicato trabaja junto al Ministerio de Trabajo de Misiones para asistir a quienes quedan varados en otras provincias o en Brasil, pero que la problemática es estructural. “Esto va a seguir sucediendo mientras no tengamos en nuestra provincia trabajo digno. El desarraigo es muy feo y la familia se rompe”, expresó.

La dirigenta detalló que detrás de los traslados suelen intervenir contratistas locales que organizan grupos y los llevan hacia productores brasileños. “Los empresarios se contactan con los de acá, los de acá los juntan y los llevan. En general se hace por el ‘pique’, para no pasar por la aduana, porque va en negro”, explicó.

Aunque las cosechas temporarias suelen durar uno o dos meses, los trabajadores enfrentan obstáculos burocráticos que dificultan tramitar permisos formales. “Los papeles son engorrosos. Por eso lo hacen en negro, pero pasa esto. Hay que prestarle más atención y trabajar en conjunto con Brasil para que salgan con condiciones claras”, señaló.

Cubilla también describió la situación salarial en la yerba mate, uno de los factores que promueve la migración. “La paritaria está en 72 mil pesos y es imposible de pagar. La tonelada se pagó 35 o 40 mil pesos, es la mitad de lo que debería ser”, dijo. Un tarefero puede tardar hasta dos días y medio en juntar una tonelada, lo que reduce drásticamente sus ingresos reales.

 

Ni siquiera los gastos básicos están contemplados. “No existe que te paguen la comida. Ahora quieren que vayas en tu moto o en tu vehículo, porque no pueden afrontar costos. Los trabajadores tienen seis meses de laburo y la intercosecha quedó en 123 mil pesos. No alcanza para nada”, afirmó.

Consultada sobre si los productores y trabajadores comprenden que la crisis del sector yerbatero se agravó por la quita de funciones del INYM, Cubilla respondió que “lo entienden”, pero que falta organización. “No se trabaja en consecuencia. Hace falta unidad y lucha, porque si no, el productor achica para abajo y siempre pierde el trabajador”, sostuvo.

Para la secretaria general de SUOR, el problema trasciende lo económico y se vincula con una estructura sindical y social que no protege a los trabajadores rurales. “La corresponsabilidad gremial es nefasta. Recaudan sin hacer nada mientras la gente no tiene para comer. Hay que revertir muchas cosas, trabajar con las patronales y con el Estado. Mientras tanto, los trabajadores buscan dónde sobrevivir”, concluyó.

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