Guaraní: clima caliente y quién es quién en la lucha por la presidencia
Se terminó la tensa calma en el mundo franjeado. Acusaciones, internas, un plantel que no entrena en el club y unas elecciones en el horizonte. Quiénes quieren el poder y quiénes no lo quieren dejar.
Guaraní pasó a la Tercera Etapa de la región Litoral Norte hace un par de semanas. Parecía que el rumbo se encaminaba tras una fase de grupos en el torneo Regional que siempre suele ser complicada. Nada de eso. Todos fueron problemas a partir de ese momento y la pelea por la presidencia crece. De un lado y del otro tiran sus dardos y usan sus estrategias. En el medio, el club y ahora también los jugadores.
El último capítulo de una historia ya larga se dio este miércoles, cuando el plantel sacó un comunicado en el que expresaba que hasta que no se regularizara la situación económica, no entrenarían en las instalaciones del club. El que recogió el guante fue el presidente Patricio Vedoya, quien calificó de “mercenarios” a quienes tomaron esa medida.
Pero en la nota que Vedoya le dio al programa Tiro de Esquina dejó mucha tela para cortar. Más allá de los insultos del presidente franjeado a distintos ex dirigentes, ayudantes y jugadores, el mandamás de la Franja dejó algo en claro: “Esto es una jugada de la oposición para desestabilizar a la institución”.
En esos parámetros vive hoy por hoy la Franja. Nada es desinteresado, nada es ingenuo. Nada. Cada uno que mueve una pieza tiene un interés detrás. Algunos, quizás, queden en el medio de una partida de ajedrez, que tendría su desenlace el 20 de enero, cuando se realice la asamblea para elegir a las nuevas autoridades. En realidad, más que ajedrez, lo que pasa en Villa Sarita es más parecido a la batalla naval.
De un lado están Patricio Vedoya y Mirta Parayba, quienes llegaron al poder en Guaraní en junio de 2017. En ese momento, Roberto Enríquez decidió no seguir más al frente del club que en ese momento estaba en el Federal A y la única lista que se presentó fue la de Vedoya.
El equipo fue de menos a más en ese 2017 y con Sebastián Pena como DT mejoró, pero ya sin Tomatito en el banco, la Franja descendió en marzo de 2018. De ese golpe, el conjunto misionero jamás se recuperó.
Desde ese 2018 y hasta la actualidad, Guaraní deambula por el torneo Regional y la Liga Posadeña con mejores y peores campañas. Estuvo cerca dos veces de volver al Federal A, cuando jugó las finales por el ascenso en 2019 y 2022, pero en ambas fue derrotado.
En 2019 y luego de pelear por la rápida vuelta al Federal A, Vedoya fue reelecto. Fue, hasta el momento, la única que tuvo un “contrincante”. Es que el abogado Juan Melgarejo amagó a presentarse, pero no tenía los avales y su lista no había sido inscripta a tiempo. Después de un intervalo, que fue mera formalidad, Vedoya arrancó su segundo mandato.
En 2017, Vedoya llegó a la presidencia tras la salida de Roberto Enríquez.
Junto a la dupla Vedoya-Parayba apareció un nombre que hoy es clave: Gustavo Cardozo. El dueño de Vicar, actual opositor, fue vicepresidente 3° en la gestión 2019-2021.
Pasada la pandemia, la renovación de autoridades llegó en 2022. Sin oposición o mejor dicho con una lista de unidad, Vedoya nuevamente quedó al frente del club. Cardozo, por su parte, escaló a vicepresidente 2°.
El final del 2023 y el inicio del 2024 fue de lo peor, deportivamente hablando, de Guaraní en los últimos años. El plantel del Regional tenía nombres como el de Jonathan Schunke, pero ni siquiera pasó la primera fase.
Otra vez, como en tantas otras oportunidades, Vedoya dijo basta. Luego de ese Regional aseguró que se iba del club, pero en los 8 años y medio que lleva al frente del club fue y vino tantas veces que ya es difícil llevar la cuenta.
En 2019 Vedoya fue reelecto y Cardozo fue elegido como uno de los vicepresidentes.
La pelea por la presidencia
Empezó a tejerse, entonces, desde principios de año la posibilidad de, después de tantos años, cambiar la cabeza de la dirigencia. Gustavo Cardozo armó su equipo, su lista, y empezó a hacer llamados.
A la dupla Vedoya-Parayba no le gustó nada y salieron al cruce del empresario, a quien tildaron de “traidor” y de haber jugado por atrás. A esa altura ya se habían metido nuevos actores en la pelea por manejar a Guaraní.
Si bien el nombre de Roberto Enríquez siempre suena como una posible vuelta, el empresario descartó esa chance, al menos en el corto plazo. Además, Enríquez hizo una serie de declaraciones a favor de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) que no fueron muy bien recibidas en el seno del Consejo Federal. Año de elecciones en AFA, año en el que cada pieza cuenta.
Entonces, la lista se redujo, prácticamente, a un mano a mano. Vedoya-Parayba vs Cadorzo. Pero en esa pelea por la presidencia, al menos desde lo que dicen en los medios ¿quién es quién?
Patricio Vedoya comanda las riendas de Guaraní desde junio de 2017, como se menciona más arriba. Tuvo, deportivamente hablando, más frustraciones que alegrías. Pero no se trata solamente de fútbol.
Un club es o debería ser un lugar del que los socios puedan usufructuar y ahí está una gran deuda de Guaraní con sus socios. Es cierto que la cuota hoy cuesta apenas $1.500 (sí, menos que una gaseosa) y también es cierto que muchos socios no están al día. Las cuentas son difíciles de mantener.
Vedoya aseguró que en estos años en el club puso más de 80 millones de su bolsillo y que “tengo como demostrarlo”. La deuda club-socios está pendiente más allá de los intentos de volver al Federal A.
Mirta Parayba estuvo siempre al lado de Vedoya y fue durante los últimos meses la cara visible en el club cuando el presidente decidió resguardarse. Aseguró que sería quien iría por la línea oficialista, aunque para la confirmación todavía faltan algunas semanas. Es, hoy por hoy, quien tiene más chances de encabezar una lista de la agrupación Sangre Guaraní de cara a las posibles elecciones del 20 de enero.
¿Por qué Vedoya apunta contra la oposición y lo pone como una jugada para desestabilizarlo? El presidente apuntó contra varios nombres que aparecen en la lista que presentó Gustavo Cardozo, aunque sin nombrarlos.
“Quieren llegar porque son todos políticos. Vienen del Ministerio de Desarrollo Social (por Fernando Meza) y del Parque del Conocimiento (Claudia Gauto). No tienen la frente alta”, disparó Vedoya. En la agrupación Primero Guaraní están justamente Meza y Gauto como candidatos a vicepresidente, los apuntados por el presidente de la Franja.
Es decir que las elecciones en Guaraní no se juegan solamente en Guaraní. Pasaron a otro nivel y desde ese otro nivel también estarán los ojos puestos en lo que pasará en Villa Sarita a partir de enero de 2025.
Desde ambos lados se adjudican una posible ayuda del gobierno provincial, algo que solamente el tiempo dirá si llega o no. Según Vedoya, por el momento no aparecieron ciertos subsidios prometidos para pagar algunos sueldos y de ahí el retraso con algunos jugadores del plantel del Regional.
Le guste o no a quien lee, pasa en todos lados. Las municipalidades, las distintas instituciones del Estado aportan para los sueldos de jugadores. Pasó y pasa en todos los torneos, en muchos deportes. Cuando el dinero no aparece o se retrasa por distintas circunstancias, obviamente se retrasan los pagos.
Alguna vez Mauricio Macri dijo que cuando se pierde una elección en un club, los siguientes cuatro años (hablaba por Boca) “esperás a que tu equipo pierda”, dando cuenta de lo poco que le importaba en realidad el club y que lo suyo era un claro interés personal.
¿Pasará eso en Guaraní? ¿Pasa eso en Guaraní? Quieren hoy los que están afuera que a la Franja le vaya mal hoy. Querrán, si les toca estar afuera desde enero, la dupla Vedoya-Parayba que al club le vaya mal. Incógnitas que el tiempo responderá.
Lo cierto hoy, es que Guaraní atraviesa uno de los momentos institucionales más complejos. No es una pelea interna que se resolverá con una elección (que sería la primera en la historia), tiene otros niveles y tendrá, seguramente, muchos más capítulos desde hoy y hasta que se resuelva la continuidad del oficialismo o un cambio de nombres. Tendrá, luego, más capítulos también, porque la pelea por la presidencia de Guaraní parece ser cosa seria.