La "rebeldía" de Barco expuso a Demichelis...
Iban 18 minutos del primer tiempo, en Tucumán, en el encuentro que River y Atlético Tucumán estaban empatando sin goles. Penal para River, que no la pasaba nada bien en el desarrollo: una infracción de Néstor Breitenbruch sobre Nacho Fernández no ofreció dudas para el árbitro Nazareno Arasa; fue falta.
Todo Atlético Tucumán salió enfurecido en busca del árbitro. Un agarrón de camiseta de Colidio, primero. Y la duda por la infracción, dentro del área, todo al mismo tiempo. Luego de revisarla rápidamente, el VAR confirmó la decisión. Quería patearlo Miguel Borja, el goleador del equipo y de la Copa de la Liga, con seis tantos, pero el balón lo tomó Esequiel Barco, un especialista. Nacho Fernández quiso mediar, pero no hubo caso: la pelota era del volante.
A los 22, atajó José Devecchi: el futbolista de River pateó al medio y el arquero lo sacó con la pierna. Guillermo Acosta, un rato antes, había desacomodado el balón del punto del penal, lo que motivó una tarjeta amarilla, pero al mismo tiempo, el nerviosismo general influyó en el pateador. En medio del caos general, el VAR avisó que había invasión. Que debía patearse de nuevo.
Allí se vio que Demichelis conversó con Borja y tuvo un gesto inequívoco: que el autor del segundo penal sea Borja. Nueve dedos mostraron sus manos, las dos bien amplias y nítidas. Barco se negó otra vez. Y a los 28 minutos, el especialista en penales envió la pelota a la tribuna. La cara de Demichelis era todo un símbolo. Y Borja siguió jugando con una actitud desafiante.
El primer tiempo acabó sin goles. En el foco, queda otra vez el valor de la autoridad del entrenador, evidentemente reducido por este tipo de situaciones. Y un chispazo entre Barco y Borja, que recuerda un hecho parecido entre el volante y Lucas Beltrán, en un encuentro en el Monumental.
A partir de allí, Demichelis no dio más indicaciones. Sintió el golpe a su autoridad. ¿Qué debe hacer con Barco, uno de los imprescindibles? Mantenerlo sobre el campo y dejar herida su autoridad o sacarlo del campo de juego y provocar una repentina crisis, impensada en la actualidad exitosa de River. En la salida rumbo al vestuario, Borja le tocó la cabeza de modo amistoso a Barco. Pero la efervescencia no se fue tan rápido. El entretiempo fue caliente en el vestuario visitante.
No sólo por la situación del penal, que abarcó buena parte de los 15 minutos. También, el juego: River fue superado en buena parte del desarrollo por un equipo entusiasta, vigoroso. River pudo abrir el marcador y no solo en el fatídico doble penal, pero le faltó frescura, cambio de ritmo.
¿Qué decisión tomó Demichelis para la segunda mitad? Lo sacó: fue reemplazado por el pibe Franco Mastantuono, de 16 años.
Lo que siguió, fue otra historia...
Borja no llegó a tiempoFernando Font
Pareció un cuento fatal para River: porque Borja también debió dejar la cancha a los 10 minutos del segundo tiempo, por una fuerte contractura. Fue reemplazado por Agustín Ruberto, de 18 años. Y quedó en el aire una gran incógnita a futuro, más allá de la novela del miércoles a la noche. Es que se viene el superclásico y, si los estudios comprueban que tiene un desgarro, se perderá el choque en el Monumental, previsto para el domingo 25, a las 17, en el Monumental.
Más allá del resultado, fue una noche muy difícil para River. El enfoque en las decisiones como capitán de grupo de Demichelis, por un lado. Y una lesión que puede generar un vacío enorme en el porvenir. River no suele pasarla bien en la cancha de Atlético Tucumán.
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