Biciperegrinos en el Día de la Virgen: “Un momento para ordenar la cabeza y enfocarse en lo que importa”
Mariela Marchak (29), una apasionada ciclista de 29 años, vivió este lunes 8 de diciembre la culminación de su tradicional peregrinación en bicicleta al santuario correntino, una experiencia que comparte con su familia desde los 18 años.

Mariela Marchak, una apasionada ciclista de 29 años, vivió este lunes 8 de diciembre, Día de la Virgen de Itatí, la culminación de su tradicional peregrinación en bicicleta al santuario correntino, una experiencia que comparte con su familia desde los 18 años.
El pelotón "Ruta de la Fe" partió el sábado 6 desde la rotonda de Posadas a las 4:30 de la madrugada, haciendo la primera parada en Itá Ibaté tras varias horas de pedaleo. El domingo 7 completaron los últimos 100 kilómetros, llegando al santuario alrededor de las 11, en medio de un intenso calor y una Itatí repleta de fieles, con escasez de alojamientos.
"Cada edición es distinta; los últimos dos años fueron con lluvia, sumando experiencias únicas", relató Marchak en diálogo con Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7.
Para Mariela, la peregrinación representa una conexión profunda con su padre, quien la invitó por primera vez hace 18 años. "Particularmente, la peregrinación es un momento de conexión personal, para mí es super importante, es algo que comparto con mi papá desde los 11 años y hoy tengoo 29. También es un momento de ordenar la cabeza. De tomar distancia del día a día, de la de la vorágine a la que nos impulsa a diario, y para poder enfocarse también en lo que realmente importa", relató.
Este año sumaron a su primita Catalina de 8 años, quien pedaló los últimos 10 kilómetros de entrada al santuario, uniéndose a la diversidad de edades que caracteriza el grupo: "Al lado mío iba una nena de 9 años con su papá; yo estaba en su lugar a esa edad".
Marchak enfatizó la importancia de la seguridad vial, pidiendo solidaridad a automovilistas, colectivos y camiones en las rutas, y recomendando luces y chalecos reflectantes para todos los participantes. "Todo bien en el camino, pero hay que tomárselo en serio", advirtió.
"Que se sumen, especialmente con familia o amigos; es una experiencia hermosa", concluye Mariela, invitando a vivir esta tradición de fe y esfuerzo físico que une generaciones en el camino a Itatí.


