El Observatorio Copernicus, el programa europeo para el cambio climático, declaró oficialmente que 2024 ha sido el año más caluroso jamás registrado. Por primera vez, la temperatura media global superó la barrera de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, un umbral crítico establecido en el Acuerdo de París.

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Desde julio de 2023, las temperaturas globales mostraron un ascenso alarmante, alcanzando anomalías de 1,5 °C o más por encima de los niveles preindustriales. Este patrón persistente se consolidó en 2024, con una desviación media de 1,6 °C, convirtiendo al año en el primero en superar consistentemente este umbral durante sus 12 meses.

En 2024, 11 meses y aproximadamente el 75% de los días presentaron temperaturas superiores a 1,5 °C. El día más caluroso registrado en la historia ocurrió el 22 de julio, cuando la temperatura media global alcanzó los 17,16 °C. Este récord confirma un rápido incremento en las temperaturas globales, un fenómeno que preocupa a la comunidad científica.

Regiones líderes en las anomalías cálidas

Copernicus identificó a los trópicos y el hemisferio norte como las regiones que más contribuyeron a las anomalías térmicas. Cerca del 91% del planeta experimentó temperaturas superiores a la media del periodo 1991-2020, con el norte de Canadá registrando desviaciones de hasta 3 °C. Además, alrededor de un tercio del planeta marcó récords históricos de calor, incluyendo todas las regiones continentales, excepto Australasia y la Antártida.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) destaca que la influencia humana en el calentamiento global es inequívoca. Los datos de 2024 refuerzan esta afirmación y subrayan la urgencia de tomar medidas efectivas para frenar el calentamiento global. Científicos y líderes internacionales coinciden en que el incremento de la temperatura intensifica los fenómenos extremos, como sequías, tormentas y lluvias torrenciales, lo que podría tener consecuencias irreversibles para el planeta.

Según Copernicus, 2025 podría ubicarse entre los tres años más calurosos registrados, lo que subraya la necesidad de una acción climática más decidida y coordinada a nivel global.

Este nuevo récord no solo es una advertencia, sino también una oportunidad para que las naciones y la sociedad civil redoblen esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. Las medidas que se tomen hoy determinarán si el planeta logra evitar los peores escenarios previstos o si los récords de calor se convierten en una norma devastadora en los próximos años.