Una revelación inesperada ha generado revuelo en el ámbito del fútbol europeo: Elon Musk, el magnate tecnológico y dueño de Tesla, podría estar interesado en adquirir al Liverpool FC, uno de los clubes más emblemáticos de Inglaterra.

La declaración provino de Errol Musk, padre del empresario, quien admitió que su hijo ha mostrado interés por el histórico equipo de la Premier League, aunque sin confirmar una negociación concreta.

En diálogo con Times Radio, Errol Musk expresó: «Elon está interesado, pero eso no significa que vaya a concretarlo. Claro que le gustaría; ¿a quién no?». A pesar de estas declaraciones, evitó profundizar en el tema, advirtiendo: «No puedo comentar más, o podrían aumentar el precio».

Actualmente, el Liverpool es propiedad del Fenway Sports Group (FSG), conocido también por su gestión de los Boston Red Sox en la MLB. Aunque FSG no ha manifestado intenciones de vender, en el pasado ha aceptado inversiones externas, como la participación minoritaria adquirida por Dynasty Equity en 2023. En ese momento, el presidente del grupo, Mike Gordon, reafirmó el compromiso con el club, indicando que buscan asegurar su estabilidad financiera y fomentar su crecimiento.

Bajo el mando de FSG, el Liverpool ha logrado un renacimiento deportivo, conquistando la Premier League en 2020 después de tres décadas de sequía y levantando la Champions League en 2019. Actualmente, el equipo se encuentra liderando tanto la liga inglesa como la fase de grupos de la Champions.

El interés de Musk no solo se limita al club, sino también al mítico estadio de Anfield. Además, Errol Musk recordó sus lazos familiares con la ciudad de Liverpool, mencionando que conocieron a integrantes de los Beatles durante su juventud en la misma localidad.

Ni el Liverpool ni su directiva han emitido declaraciones oficiales sobre este tema. Sin embargo, la especulación ha avivado debates sobre cómo una eventual compra podría impactar en el futuro del club.

Por otro lado, Musk también ha tenido un rol activo en la política británica tras la elección del Partido Laborista. Su red social, X, ha sido un canal de críticas hacia el gobierno, generando tensiones que incluso llevaron al líder Keir Starmer a condenar las «mentiras y desinformación» promovidas por el multimillonario.

 

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