Al mediodía del viernes 17-5 América 24 reportó los diversos hechos de protesta social en reclamo de mejoras salariales de empleados estatales como policías y docentes, y lo sintetizó con un título: “Misiones en llamas”.

Tanto el reporte de A24, como los hechos que se sucedieron en las últimas 24 horas hablan de una protesta social que está desbordando ante la pasividad de un Gobierno provincial que no tiene herramientas para responder a las demandas. Fundamentalmente, no tiene recursos.

El autoacuartelamiento de un grupo de efectivos de la Policía con el apoyo de retirados, constituye la tercera protesta de la historia de Misiones. Cuando la Policía, que no puede realizar este tipo de manifestaciones, se arriesga a tanto, es porque el malestar es muy grande, como ocurrió en 2012 y 2020.

Algo similar está ocurriendo con la protesta docente, que a pesar de las inclemencias del clima, no pierde fuerza, más bien todo lo contrario. Va ganando en adhesiones y convicción a medida que pasan los días, los precios siguen subiendo, la falta de respuestas se extiende y el malestar por los magros sueldos se extiende y se profundiza.

¿Cuál es la diferencia ahora, respeto a otras protestas de docentes y policías?

Que ellos son apenas la punta del iceberg de toda una sociedad, entre empleados estatales y privados, que la está pasando muy mal ante el durísimo ajuste del Gobierno Nacional que ya lleva más de cinco meses y la falta de expectativas respecto a una recuperación pronta de la economía o al menos de los ingresos.

Como señaló Plan B la semana pasada (ver video) el Gobierno de Misiones está atravesando la peor crisis fiscal en 20 años, es decir, del período 2004-2024.

La protesta de los docentes, una vez más en la puerta de la Legislatura ayer jueves, cuando se encontraba en plena sesión. Crece cada semana, a pesar del mal tiempo.

Hubo forcejeo y vallas que se tiraron, un claro signo del desborde de la protesta social.

 

Se trata del peor momento desde que gobierna la Renovación, y esta situación puede traer fuertes rerpercusiones políticas. Hasta ahora la Renovación gobernó siempre con situaciones fiscales más o menos holgadas, y cuando enfrentó protestas, en general fue porque “se le fue la mano” con el ajuste blando.

Es decir, la política de no actualizar salarios de estatales al mismo ritmo que la inflación. Una medida de prudencia fiscal, por un lado, pero también que tiene un costo importante para el salario del empleado público. Pero aquellas veces, fue cuestión de abrir la billetera y resignar un poco de reservas o superávit o reasignar partidas.

Esta vez, la diferencia es que el Gobierno no parece tener recursos para responder. La última vez que sucedió esto fue a fines de los 90,como cuando el gobierno de Ramón Puerta tuvo que recortar los salarios con el tristemente célebre IETE.

La cadena nacional de noticias A24 reflejó así el clima de protesta social que se vive en Misiones, la protesta policíal salió y va a salir en otros canales de alcance nacional.

 

Mirar al Gobierno provincial

Otra característica de todas estas protestas, es que muchos misioneros que además votaron a Milei, no hacen una diferencia si la crisis fiscal que generó los recortes en los salarios públicos (porque con semejante inflación, no actualizar salarios equivale a un recorte) es culpa del Gobierno Nacional o Provincial.

Las demandas en las protestas en las calles donde estuvo Plan B, no son reclamos a Milei, sino al Estado provincial, sin importar si las políticas de la Casa Rosada son las que generaron esta crisis.

Hasta ahora el Gobierno optó por dejar correr la protesta social en las calles, con mínima intervención, y sin que el gobernador o sus ministros, hagan referencias públicas a las demandas o al conflicto.

El 1° de mayo el gobernador Passalacqua dijo en la Legislatura que el gobierno “no va a gastar más de lo que entra”. Dejando en claro que la política del ajuste llegó para quedarse.

Este  mediodía el canal América 24 reportó los diversos hechos de protesta social en reclamo de mejoras salariales de empleados estatales como policías y docentes, y lo sintetizó con un título: “Misiones en llamas”.

Tanto el reporte de A24, como los hechos que se sucedieron en las últimas 24 horas hablan de una protesta social que está desbordando ante la pasividad de un Gobierno provincial que no tiene herramientas para responder a las demandas. Fundamentalmente, no tiene recursos.

El autoacuartelamiento de un grupo de efectivos de la Policía con el apoyo de retirados, constituye la tercera protesta de la historia de Misiones. Cuando la Policía, que no puede realizar este tipo de manifestaciones, se arriesga a tanto, es porque el malestar es muy grande, como ocurrió en 2012 y 2020.

Algo similar está ocurriendo con la protesta docente, que a pesar de las inclemencias del clima, no pierde fuerza, más bien todo lo contrario. Va ganando en adhesiones y convicción a medida que pasan los días, los precios siguen subiendo, la falta de respuestas se extiende y el malestar por los magros sueldos se extiende y se profundiza.

¿Cuál es la diferencia ahora, respeto a otras protestas de docentes y policías?

Que ellos son apenas la punta del iceberg de toda una sociedad, entre empleados estatales y privados, que la está pasando muy mal ante el durísimo ajuste del Gobierno Nacional que ya lleva más de cinco meses y la falta de expectativas respecto a una recuperación pronta de la economía o al menos de los ingresos.

Como señaló Plan B la semana pasada (ver video) el Gobierno de Misiones está atravesando la peor crisis fiscal en 20 años, es decir, del período 2004-2024.

La protesta de los docentes, una vez más en la puerta de la Legislatura el jueves 16-5, cuando se encontraba en plena sesión. Crece cada semana, a pesar del mal tiempo.

Hubo forcejeo y vallas que se tiraron, un claro signo del desborde de la protesta social.

 

Se trata del peor momento desde que gobierna la Renovación, y esta situación puede traer fuertes rerpercusiones políticas. Hasta ahora la Renovación gobernó siempre con situaciones fiscales más o menos holgadas, y cuando enfrentó protestas, en general fue porque “se le fue la mano” con el ajuste blando.

Es decir, la política de no actualizar salarios de estatales al mismo ritmo que la inflación. Una medida de prudencia fiscal, por un lado, pero también que tiene un costo importante para el salario del empleado público. Pero aquellas veces, fue cuestión de abrir la billetera y resignar un poco de reservas o superávit o reasignar partidas.

Esta vez, la diferencia es que el Gobierno no parece tener recursos para responder. La última vez que sucedió esto fue a fines de los 90,como cuando el gobierno de Ramón Puerta tuvo que recortar los salarios con el tristemente célebre IETE.

La cadena nacional de noticias A24 reflejó así el clima de protesta social que se vive en Misiones, la protesta policíal salió y va a salir en otros canales de alcance nacional.

 

Mirar al Gobierno provincial

Otra característica de todas estas protestas, es que muchos misioneros que además votaron a Milei, no hacen una diferencia si la crisis fiscal que generó los recortes en los salarios públicos (porque con semejante inflación, no actualizar salarios equivale a un recorte) es culpa del Gobierno Nacional o Provincial.

Las demandas en las protestas en las calles donde estuvo Plan B, no son reclamos a Milei, sino al Estado provincial, sin importar si las políticas de la Casa Rosada son las que generaron esta crisis.

Hasta ahora el Gobierno optó por dejar correr la protesta social en las calles, con mínima intervención, y sin que el gobernador o sus ministros, hagan referencias públicas a las demandas o al conflicto.

El 1° de mayo el gobernador Passalacqua dijo en la Legislatura que el gobierno “no va a gastar más de lo que entra”. Dejando en claro que la política del ajuste llegó para quedarse.