El Gobierno ya mira al Senado y apuesta a los cortos plazos para frenar el proyecto del DNU
Los libertarios festejaron este martes 12-11 la caída de la sesión especial en Diputados, pero admiten que la iniciativa aún puede avanzar. Con el foco en la Cámara alta, atan su suerte al debate por la ley de Presupuesto. La oposición busca exponer al oficialismo.
Con el apoyo explícito de PRO descontado y la ayuda puntual de un sector de la UCR y diputados de Unión por la Patria, el Gobierno logró que la oposición se viera obligada a postergar la sesión prevista para debatir y eventualmente dar media sanción a la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia. Sin embargo, en la Casa Rosada no cantan victoria, y ya miran al Senado. A partir de la semana que viene se apoyarán en las limitaciones de plazos que impone el reglamento: apelarán a que la oposición se quede sin tiempo y con menor margen de acción para aprobar el proyecto, al menos este año.
Desde el lunes se habían enfocado en apelar a que una parte de los radicales y otra del peronismo se rehusaran a dar quórum para la sesión. Con el titular de Interior, Lisandro Catalán (de viaje en Canadá), la puja con las otras fuerzas quedó prácticamente en manos del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, aunque con supervisión del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que está corrido de las negociaciones finas. “Menem lo hizo”, bromeaban satisfechos funcionarios en su entorno, esta tarde, y contaban que “se encerró todo el fin de semana para hacer 130 llamados”.
Sin embargo, llegaron muy ajustados, y dos horas antes del horario previsto para la sesión no estaban tan seguros del desenlace: “Estamos peleándola”, admitían.
Menem siguió las negociaciones supervisado por Francos.
Aunque el resultado de la pelea tras bambalinas por la sesión los favoreció, no se anticipan. Los diputados que habían firmado el dictamen se adelantaron para no dejar caer la sesión definitivamente, un escenario los hubiera obligado a empezar de cero para reunir las firmas necesarias para solicitar otra y, luego, a esperar hasta que Menem la convocara. En cambio, pidieron una prórroga, por lo que la iniciativa que busca acotar la discrecionalidad del Presidente para gobernar por decreto sigue en marcha y se tratará el jueves 21.
Con perspectivas inciertas, el oficialismo juega con dos herramientas. Por un lado, la normativa, por la que apela a que la oposición se quede sin tiempo para sancionar la ley en la Cámara alta. Por otro, con la presión sobre los gobernadores por el Presupuesto.
Las especulaciones sobre las fechas son finas: calculan que si se aprueba el proyecto en Diputados el 21, los opositores podrían tratar el proyecto en el Senado recién el 28 (por norma, deben esperar siete días). Y con la desventaja de que, una vez en la Cámara alta, solo estarían habilitados a debatir sobre tablas (porque el plazo que dicta el reglamento para dictaminar estaría vencido desde el 20 de noviembre). Es decir, que necesitarían reunir dos tercios para darle luz verde.
Con esta estrategia en mente, los libertarios dejaron de lado cualquier posibilidad de prorrogar las sesiones ordinarias, un plan B que tenían guardado en un cajón en caso de que se les complicara la aprobación antes de fin de año el Presupuesto 2025. Una prórroga admite que se debatan temas presentados por cualquier fuerza política, en cambio, durante sesiones extraordinarias solo se pueden abordar proyectos enviados por el Ejecutivo.
De todas formas, el Gobierno tampoco está totalmente convencido de convocar a Extraordinarias. “Está claro que queremos un presupuesto lógico. Si insisten para que no lo sea, entonces seguiremos usando el de 2022″. Creen que saldrán victoriosos, sea cual sea el resultado de esa discusión. “Si no logramos aprobarlo, vamos a tener discrecionalidad. Si lo aprobamos, será un triunfo político”, proyectó un funcionario.
Miguel Pichetto es uno de los impulsores de la iniciativa para complicar el uso de los DNU.
En Encuentro Federal ven otro panorama. Admiten que están complicados con los plazos, pero creen que dieron un paso positivo, porque ahora probablemente se superponga el debate por la ley de DNU con el del Presupuesto. “Justamente, nosotros pedimos postergar la sesión recién para el jueves 21, para ver si el Gobierno realmente quiere presupuesto o no”, dijo un importante diputado de la fuerza liderada por Miguel Pichetto, que aceleró la iniciativa y puso sobre las cuerdas al oficialismo. Creen que el Gobierno, en realidad, está “planchando” el Presupuesto, y que busca usar esa herramienta vital para los gobernadores para presionarlos.
En Casa Rosada se mofaron: “Se están excusando por su fracaso. Si tenían los votos para sacar la media sanción lo hacían hoy”, dijeron. Pero reconocieron que hoy, la ley de Presupuesto quedó atada a la ley de DNU. “Si van contra la gobernabilidad del Presidente, el Presupuesto no está”, decretó un funcionario.
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