El papa Leo XIV presidió este sábado 27-9 una audiencia especial del Jubileo en la Plaza de San Pedro, en el marco del Jubileo de los Catequistas que se desarrolla del 26 al 28 de septiembre y que reúne a miles de participantes.

En su intervención, el pontífice habló sobre el sensus fidei, al que definió como una “especie de sexto sentido del pueblo sencillo para las cosas de Dios”. Explicó que “Dios es simple y se revela a las personas simples” y señaló que la infalibilidad del pueblo de Dios en la fe es la base de la infalibilidad del Papa, entendida como un servicio.

El Papa recurrió a la historia de san Ambrosio, quien en el siglo IV ejercía como gobernador de Milán en un contexto de fuertes divisiones dentro de la Iglesia. Según la tradición, un niño lo señaló como obispo y la multitud lo aclamó, pese a que Ambrosio aún no estaba bautizado, sino que era catecúmeno.

Leo XIV recordó que Ambrosio se resistió inicialmente e incluso huyó, hasta reconocer la elección como un llamado de Dios. Tras ser bautizado y ordenado, se convirtió en obispo y Doctor de la Iglesia. Desde ese rol, impulsó la fe de la comunidad, innovó en la liturgia, en el canto de salmos e himnos, y su predicación influyó en la conversión de san Agustín.

El Papa destacó que Ambrosio supo percibir lo que su pueblo necesitaba y lo vinculó a la importancia de la intuición en la vida cristiana. “Percibir, intuir, es un modo de esperar; no lo olvidemos”, afirmó.

Señaló además que la vocación cristiana se vive en distintas realidades, ya sea como padres, trabajadores, docentes, sacerdotes o religiosos, y que las personas pueden reconocer si otros caminan de verdad en esa dirección.

 

 

 

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