Como una pesadilla que no tiene fin. En un momento donde cada paso en falso puede ser determinante, Crucero del Norte igualó 0-0 ante Sol de América de Formosa y dejó pasar la chance de despegarse del fondo de la tabla. La situación es preocupante y tendrá cuatro “finales” más para tratar de salvarse.

Fue el debut de Gustavo Módica en el banco del Colectivero, pero no hubo respuestas dentro de la cancha. Los misioneros mostraron una pálida imagen y aun así tuvieron varias chances para marcar, todas ellas desperdiciadas. Solo el mal momento de Juventud Antoniana, al que lo empataron sobre la hora, mantiene con vida al elenco de la tierra colorada.

Quizás por nervios, por presión o por no entender realmente la situación en la que se encuentra, la actuación del elenco misionero se resumió a poca ambición y hasta rebeldía cuando el rival cedió muchas situaciones.

Y esto preocupa, porque todos le perdieron el respeto a Crucero y con el agravante de que el estadio Andrés Guacurarí se volvió vulnerable y permeable, cuando en temporada anteriores fue una verdadera fortaleza.

Antes de los diez minutos hubo dos llegadas claras, una para el local y la otra para la visita. Primero avisó el Colectivero, con un disparo de volea, que terminó con una buena respuesta del arquero misionero Eduardo Flores para mandar la pelota por la última línea; luego, Ozurak definió por arriba y hubo una gran respuesta de Tomás Palleres para dar un paso hacia atrás y meter el manotazo para tirar el balón al córner.

Parecía un arranque alentador, pero esa intensidad del inicio se fue diluyendo con el correr de los minutos y hasta dio la impresión que el dueño de casa se sintió cómodo con el empate, porque atacó poco, con la menor cantidad de futbolistas y no arriesgó tanto como se supone lo que tiene que hacer un equipo que juega de local y comprometido con el descenso.

Recién el complemento Crucero mostró un poco más de actitud, pero solo con eso no se puede. Falto de fútbol y con pocas conexiones, aun así se las arregló para encontrar buenas aproximaciones, como un mano a mano que tuvo Catriel Weyreuter, que terminó con una definición defectuosa cuando tenía esa posibilidad de rematar y también un pase claro a Mainero.

Luego, producto del empuje y no tanta claridad, el Colectivero generó otras situaciones, pero nuevamente no estuvo fino en la definición y dejó pasar más chances de quedarse con la victoria.

Finalmente, no hubo quiebre en el marcador y quedó la sensación de que Crucero no ganó un punto con el empate, sino que perdió dos, porque no supo aprovechar el partido en casa y tampoco la igualdad de Juventud Antoniana frente a Boca Unidos para poder despegarse.

Y solo los resultados negativos de los salteños sostienen la posibilidad de que el Colectivero dependa de sí mismo.

Si el torneo terminara hoy, Crucero estaría jugando un desempate ante el Albo en cancha neutral para no descender. Pero todavía le quedan cuatro “finales” y se viene 9 de Julio, en Rafaela.