Estados Unidos y China acordaron reducir temporalmente sus aranceles tras un encuentro en Suiza. El republicano espera retomar el diálogo con su par chino para avanzar hacia un acuerdo más duradero.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este lunes que hablará con su homólogo chino, Xi Jinping, “quizás a finales de semana”, luego de que ambos países alcanzaran un acuerdo para reducir sus aranceles mutuos. Tras la tregua alcanzada el fin de semana en Suiza, el mandatario republicano afirmó que la relación bilateral es “muy, muy buena” y que ambas partes tienen voluntad de avanzar en una solución comercial más amplia.

“No buscamos perjudicar a China. China estaba sufriendo un gran daño. Estaban cerrando fábricas. Había mucha inestabilidad, y estaban muy contentos de poder hacer algo con nosotros. La relación es muy, muy buena. Hablaré con el presidente Xi quizás a finales de semana”, expresó Trump durante una conferencia en la Casa Blanca.

El acuerdo, alcanzado luego de dos días de negociaciones en Ginebra, establece una reducción de 115 puntos porcentuales en los aranceles que ambos países se aplicaban mutuamente, durante un período de 90 días. En concreto, los gravámenes estadounidenses sobre productos chinos bajan del 145% al 30%, mientras que China recorta sus tarifas del 125% al 10%.

Un respiro temporal

El arreglo representa un respiro en medio de una disputa comercial que venía tensionando los mercados desde hace meses. Trump, sin embargo, fue tajante al advertir que si no se alcanza un acuerdo comercial definitivo al término de la tregua, no solo no mantendrá los aranceles actuales, sino que los incrementará “sustancialmente más”. Aun así, se mostró optimista: “Creo que se llegará a un acuerdo”.

Fuentes diplomáticas señalaron que, si bien se logró un avance significativo, las conversaciones técnicas aún no tienen fecha definida para reanudarse. Washington mantiene como objetivo principal reducir el abultado déficit comercial con China, estimado en 1,2 billones de dólares, cifra que fue catalogada por el gobierno estadounidense como una “emergencia de seguridad nacional”.

Acusaciones cruzadas

Durante las últimas semanas, el gobierno norteamericano había afirmado que ya se habían producido contactos previos con Xi Jinping, pero desde Beijing desmintieron tales declaraciones. Las inconsistencias en la comunicación entre ambas potencias agregaron incertidumbre al proceso, aunque la tregua alcanzada en Ginebra permite reencauzar el diálogo.

El nuevo encuentro entre Trump y Xi podría servir para definir los pasos concretos que conduzcan a un acuerdo estructural. El equipo económico de la Casa Blanca, que lidera las conversaciones técnicas, considera que aún quedan “asuntos clave por resolver”, pero confía en que la distensión lograda en los últimos días cree un clima propicio para avanzar.

 

 

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